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ACTIVIDADES DE REPASO


Uruguay  en sus primeros años de vida independiente

La vida constitucional del Estado Oriental del Uruguay se inicia con las presidencias de Rivera y Oribe.
LOS PROBLEMAS
Estos primeros gobiernos uruguayos debieron enfrentar los problemas causados por los factores de perturbación o inestabilidad.
 
1) Problemas económicos.-
La ganadería, principal fuente de riqueza, estaba en retroceso como resultado de los largos años de luchas.
La agricultura tenía escaso desarrollo y era insuficiente para el consumo local. Muchas veces hubo que importar trigo desde el exterior para tener harina. Había chacras sólo en torno a la ciudad de Montevideo y, en general, los habitantes de la campaña despreciaban el trabajo agrícola.
La industria prácticamente no existía. El trabajo artesanal apenas cubría las necesidades de consumo local (vestimentas, vivienda). La actividad industrial más importante era la de los saladeros de carne y cuero.
Los productos importados eran más que los exportados, por lo que la balanza comercial era deficitaria.
Uruguay carecía de moneda propia; circulaban monedas brasileñas de cobre y papel moneda argentino desvalorizado. Esto complicaba las transacciones comerciales por falta de efectivo y por la inseguridad que existia 
 acerca del valor de los billetes.
2) Problemas sociales.- El principal problema social era el conflicto entre los propietarios y poseedores de tierras. 
Sobre una misma tierra podía haber varios propietarios alegando derechos que provenían de diferentes gobiernos.

3) Problemas políticos.- Eran varios:
a)-La falta de un verdadero sentimiento de identidad nacional.
b) Las luchas internas que no sólo pasaban por la discusión parlamentaria o el cruce de artículos en la prensa, sino que llevaba al enfrentamiento armado. Habían bandos más o menos identificados: unitarios, federales, abrasilerados, lavallejistas, riveristas. Pero las principales divisiones tenían que ver con enfrentamientos personales entre los caudillos, como era el caso de Rivera Y Lavalleja, primero, y de Rivera y Oribe después. No era ajeno a estas luchas el conflicto por las tierras.
c) Las dificultades para aplicar la constitución en una realidad que poco tenía que ver con aquellos países de donde se había copiado. La mayoría de la gente reconocía como autoridad a los caudillos, por que los estimaba y respetaba, y no a las autoridades establecidas por la constitución. 


                                                                   
Carros, carretas y diligencias apenas comunicaban alm país
LAS SOLUCIONES

1) Las relaciones internacionales
.- Durante las primeras presidencias las relaciones exteriores se orientaron hacia en dos direcciones:
- Hacia los países europeos tratando de obtener el reconocimiento del nuevo estado y lograr préstamos de dinero.
- Hacia los Brasil y Argentina para conseguir que firmaran un  tratado definitivo que asegurara la independencia de los orientales y para solucionar el problema de los límites.
 
2) Independencia eclesiástica y educacional.- Teniendo en cuenta que la constitución consagraba a la religión católica como  oficial, era importante obtener la separación de la administración religiosa
La enseñanza superior no existía en Uruguay. Los profesionales que actuaban en el país habían hecho sus carreras en el exterior, donde eran enviados los jóvenes cuyas familias podían costearles sus estudios.
Durante la presidencia de Rivera se inició el proceso para crear una casa de estudios superiores. Al principio sólo se logró que funcionaran una cátedra de filosofía y una de latín. Luego se agregaron derecho, matemática y teología. En 1838 Oribe ordenó la creación de la Universidad a partir de estas cátedras, pero la situación del país, sacudido por la revolución de Rivera, impidió que se llevara a la práctica.
3) Fomento a la inmigración.- Se adoptaron medidas para impulsar la inmigración y de esa manera tener más población, aumentando el consumo y procurando tener mano de obra agrícola y artesanal. Se consideraba que esto era imprescindible para impulsar la economía del país, que en 1830 tenía sólo unos 70 mil habitantes.
4) Medidas sobre la tierra.- Frente al conflicto entre poseedores y propietariosel gobierno de Rivera decretó, en 1833, que los poseedores sin título de propiedad podían quedarse en las tierras que ocupaban si las pagaban.Muchos desalojados buscaron el apoyo de los caudillos para recibir protección, aumentando los lazos de dependencia personal entre el caudillo y sus protegidos-seguidores.
También había ocupantes de tierras del estado. Para estos casos el gobierno de Rivera resolvió que aquellos que hubieran permanecido durante más de 20 años en esas tierras, podían comprarlas.  El gobierno de Oribe decidió que para aquellos que estuvieran en tierras públicas por un tiempo menor a los 20 años, podían arrendarla y luego de cinco años se decidiría si se mantenía el arriendo o si se le vendía.
Como se ve, en todos los casos la solución pasaba por el tener o no dinero, desconociéndose los repartos hechos por el reglamento de tierras de Artigas.







 PRESIDENCIA DE RIVERA

El 24 de octubre de 1830, la Asamblea General designó presidente a Fructuoso Rivera, quien obtuvo 27 votos contra 5 que recibió Lavalleja. Los dos caudillos eran las figuras políticas más relevantes del momento. Rivera, que contaba con 45 años al ser designado presidente, era hijo de un importante estanciero y en 1811 se había sumado a la revolución artiguista. Participó del éxodo al Ayuí y en el segundo sitio a Montevideo. Tuvo destacada labor durante el período de la Provincia Oriental autónoma (1815-16) y Artigas confió en él designándole en cargos de gobierno y luego al frente de las tropas que debían detener a la invasión portuguesa en el este de la provincia.
 
Rivera
 
En 1820, derrotado Artigas, Rivera lo deja a un lado y hace un acuerdo con los portugueses, colaborando con la dominación de aquellos sobre la provincia. Fue un personaje importante durante el dominio portugués y brasileño, ocupando el cargo de Comandante de la Campaña. Se negó a participar en el intento revolucionario de 1823 pero se incorporó a la revolución de 1825 en un hecho polémico (el episodio del Monzón). Participó en la lucha contra los brasileños con éxito y llevó a cabo la toma del territorio de las Misiones. Este hecho le otorgó fama que sumado al prestigio adquirido durante sus años de comandancia de la campaña, le facilitaron la designación com o presidente.
Poco tiempo después de asumir la presidencia Rivera marchó hacia el interior, donde se sentía más a gusto dada su condición de caudillo y su temperamento, delegando el mando en el presidente del Senado Luis Eduardo Pérez. Casi todo su período como presidente Rivera se mantuvo en la campaña y el gobierno quedó en manos de sus ministros y de un grupo de amigos con los que tenía vinculaciones desde la época de la dominación brasileña a quienes se conocía como los “cinco hermanos” (Lucas Obes, Nicolás Herrera, José Ellauri, Julián Alvarez y Juan Andres Gelly).
A mediados de 1831 comenzó a hacerse sentir una creciente oposición al gobierno de Rivera. Se acusaba la gobierno de no respetar la constitución, de mala administración y de tener un ejército mal controlado e impago que era una amenaza constante. La oposición acusaba al ministro Santiago Vázquez y a “los cinco hermanos” de mala administración y de usar al gobierno para obtener beneficios económicos personales.
A esta situación hay que agregarle el descontento de Lavalleja que se había visto postergado en sus ambiciones políticas y el problema de los poseedores y propietarios. Todo esto sumado fue creando un clima de tensión que desembocó en violencia.
Primero hubo una rebelión de los indígenas que el propio Rivera había traído de las Misiones y habían sido hacinados en Bella Unión, al norte del país. Olvidados, sin medios para subsistir, se dedicaron al robo de las estancias cercanas. Rivera envió a su sobrino Bernabé para poner fin a los ataques indígenas, pero fue muerto. El propio Rivera dirigió una campaña contra los indígenas, emboscándolos y exterminándolos.
Por otra parte se produjeron dos rebeliones de los lavallejistas, una en Durazno, donde Rivera residía habitualmente, y otro en Montevideo. Las dos rebeliones fueron derrotadas por Rivera, con ayuda de unitarios argentinos residentes en Uruguay. La victoria de Rivera no fue seguida de un intento d acercamiento y diálogo con la oposición. Al contrario, se expulsó a los opositores del Parlamento y se quitaron las tierras y ganados de los lavallejistas. Así se inició una práctica que se hizo muy común en el resto del siglo: el bando victorioso se apropiaba de los bienes del vencido, y éste aspiraba a una rebelión para tomar venganza y recuperar sus bienes.
En 1833 se produjo una segunda rebelión que fue preparada por Lavalleja desde Buenos Aires donde contaba con el apoyo del gobernador Juan Manuel de Rosas. La rebelión fracasó.
Hubo un tercer intento de rebelión en 1834, esta vez encabezado por el propio Lavalleja,que también fracasó. Rivera pudo terminar su período de gobierno. Interinamente el presidente del Senado, Carlos Anaya, se hizo cargo de la presidencia, hasta que la Asamblea General designara al nuevo presidente. Anaya designó a Rivera como Comandante General de la Campaña, lo que lo ponía al frente del ejército con la función de mantener el orden e la campaña “persiguiendo vagos, desertores o criminales”. El poder que el daba este cargo era mucho y los límites muy pocos. Podía ser un elemento de fricción con el futuro presidente.
 
 
Oribe

PRESIDENCIA DE ORIBE

El 1 de marzo de 1835 la Asamblea General designo unánimemente a Manuel Oribe como presidente. La unanimidad indica la coincidencia de opiniones, tanto de partidarios como de contrarios al anterior presidente, sobre la figura de Oribe y las esperanzas que en él se tenían. Para algunos historiadores los asambleístas veían en Oribe un buen administrador, un militar de carrera que pondría orden en la administración de los dineros públicos y respetaría la constitución.
Pero, si esas eran las intenciones, no pasaron de ser sólo intenciones, porque los conflictos internos y externos no permitieron desarrollar la obra que se esperaba de Oribe. En el primer año de gobierno ya hubo problemas con la sectores de la prensa que se quejaban de falta de libertad para expresarse. El gobierno había puesto restricciones a las manifestaciones de la prensa referidas a la situación argentina.  Los motivos eran que los unitarios exiliados en Montevideo manifestaban sus opiniones contrarias al gobierno de Rosas en Buenos Aires. Este había reclamado ante Oribe y Oribe impuso limites a las manifestaciones de la prensa. Los sectores liberales, contrarios a Rosas, acusaron a Oribe de estar aliado al gobernador de Buenos Aires.
Pero el problema mayor de la presidencia de Oribe se produjo cuando este decidió suprimir el cargo de Comandante de la Campaña a comienzos del año 1836. La existencia de ese cargo en manos de Rivera significaba la existencia de dos autoridades dentro del país: la del presidente y la de Rivera. El decreto por el cual se suprimía el cargo establecía que ya no era necesario y el ejército quedaría bajo las órdenes el Ministro de Guerra, que dependía directamente del presidente. Rivera tomo el hecho como una destitución para alejarlo del poder. Por otra parte en la Asamblea General se elaboró un informe donde se acusaba al gobierno de Rivera de irregularidades financieras beneficiando a particulares en perjuicio del estado. En total se hacían 174 cargos. Además se hizo pública la deuda que había dejado el gobierno de Rivera.

SURGIMIENTO DE LAS DIVISAS

 
 Todas estas acusaciones divulgadas ampliamente por la prensa, caldearon los ánimos. En julio de 1836 inició una revolución  contra Oribe. Los unitarios argentinos establecidos en Uruguay apoyaron a Rivera.
Rivera recibiendo un mate de un poblador de la campaña
Hubo un primer enfrentamiento en Carpintería (19 de setiembre de 1836) donde las fuerzas comandadas por Ignacio Oribe derrotaron a Rivera. En esta revoluciónaparecieron las divisas (blanca y colorada) y se considera a la batalla de Carpintería como el primer enfrentamiento donde ambos bandos las usaron para identificarse.
En agosto de ese año Oribe había decretado que los integrantes del ejército, los funcionarios públicos y la población en general, debían usar una divisa de color blanco en el sombrero o en las prendas de vestir con el lema “Defensores de las leyes”. El bando rebelde también usó una divisa, que al principio fue el otro color de la bandera, el celeste. Pero como este desteñía, optaron por un color más firme, usando el colorado.
Después de la derrota los revolucionarios pasaron la Brasil donde apoyaron la movimiento separatista de Río Grande del Sur. Los riograndenses, agradecidos, prestaron ayuda a Rivera cuando este volvió a Uruguay en octubre de 1837 reiniciando la lucha contra Oribe. Luego de varios encuentros armados sin una clara definición, en la batalla de Palmar Rivera triunfó sobre Oribe (junio de 1838). Se iniciaron gestiones de paz pero fracasaron porque Rivera ponía como condición la renuncia del presidente Oribe.
Un nuevo acontecimiento empeoró la situación de Oribe.  La flota francesa, que estaba en conflicto con Rosas y bloqueaba al puerto de Buenos Aires, solicitó permiso a Oribe para usar a los puertos orientales como centros de operación para atacar al gobernador de Buenos Aires.  Oribe se negó a intervenir en el conflicto. Entonces los franceses se vincularon con Rivera quien les permitió usar el puerto de Colonia, que estaba bajo su mando. Los franceses iniciaron entonces un bloqueo por mar a Montevideo, donde estaba Oribe mientras Rivera lo hacía por tierra.
A partir de este momento Oribe no podía intentar nada frente a Rivera que tenía el apoyo de los unitarios argentinos, de los riograndenses, constituidos en República de Piratiní, y de la escuadra francesa. El 24 de octubre de 1838 Manuel Oribe presentó su renuncia a la presidencia, la que fue aceptada por la Asamblea General. Oribe manifestó que renunciaba cediendo ante la violencia, o sea que no era una renuncia por su voluntad. Se trasladó a Buenos Aires y allí Rosas lo recibió tratándolo como “el verdadero presidente del Uruguay”.
Esta victoria de Rivera no terminaba con el conflicto. Por el contrario, la situación internacional llevaría a un conflicto más extenso en el tiempo y en el espacio: la Guerra Grande.


                             LA GUERRA GRANDE 
(1839-1852)

La Guerra Grande se llama así no sólo por su duración prolongada en el tiempo (1839 a 1852), sino por que fue un conflicto regional que involucró a orientales y argentinos como protagonistas principales y también al Brasil, a Inglaterra y Francia. Toda la región rioplatense se vio sacudida por la inestabilidad política y económica, mezclándose los conflictos internos del Uruguay con los de Argentina y Brasil.

                          LAS CAUSAS DE LA GUERRA

1) La política europea hacia los países de América.-
 Las potencias coloniales europeas, Inglaterra y Francia, se introducen en los asuntos de los países de América procurando el control de la actividad comercial. Los centros industriales europeos (ya avanzada la industrialización en Inglaterra y desarrollandose en Francia) necesitaban materias primas y lugares hacia donde enviar población que sirviera de escape a las tensiones de sus sociedades. ¿Donde podían obtener ambas cosas? En América y en especial en el Río de la Plata que los abastecía de cueros y lana.
 Inglaterra y Francia se disputaban la obtención de una posición dominante en los nuevos países poco desarrollados. La primera quería conservar y extender sus posiciones privilegiadas obtenidas desde la época de la revolución hispanoamericana; la segunda, la Francia gobernada por Luis Felipe, el “rey burgués”, dominada por comerciantes y banqueros, trataba de desplazar a Inglaterra.
  2) La situación en América.- Las oligarquías de los países americanos no se veían molestas frente a la intervención europea porque  coincidía con sus intereses económicos ya que eran los abastecedores de las materias primas: eran latifundistas o comerciantes exportadores. Por eso las oligarquías, que tenían en sus manos el gobierno, establecieron la libertad de comercio que servía sus intereses de venta.
 Pero esa libertad de comercio significaba también el ingreso de productos extranjeros que afectaban a las artesanías locales y los sectores sociales afectados deseaban el fin del librecomercio. La defensa de la producción local coincidía a veces con posturas conservadoras en lo político, porque el liberalismo se asociaba  a la libertad comercial que los llevaba a la ruina. También jugaban un papel importante los caudillos, identificados con los sectores populares a quienes decían interpretar y defender.
Los caudillos generalmente se empeñaban en resistir lo europeo y querían resolver los problemas de acuerdo a un criterio americano. Los sectores políticos de la ciudad, “los doctores”, influidos de ideas liberales, planteaban que había un conflicto entre la civilización, que ellos decían representar, y la barbarie, que era, según ellos, lo que representaban los caudillos y el campo.
 3) La situación en el Río de la Plata.- Profundas divisiones internas se daban en los países del Río de la Plata. En Argentina se mantenía el enfrentamiento entre unitarios y federales, que en realidad era el enfrentamiento entre los intereses distintos del puerto de Buenos Aires y algunas de las provincias del interior.  En Uruguay las luchas personales entre los caudillos se confundían con la lucha entre dos proyectos económicos distintos: uno que impulsaba el desarrollo de las salazones de carne y su venta en América y el otro que defendía el libre comercio y las exportaciones de cueros hacia Europa.
 Los dos bandos de los dos países tenían coincidencias entre ellos, por lo tanto no era es de extrañar que colorados y unitarios hicieran causa común y del otro lado se unieran blancos y federales.
  A esto hay que agregarle la presencia amenazante de las potencias europeas. La presencia de inmigrantes que se radicaban en los países del Río de la Plata servía de excusa para aumentar las intervenciones y las presiones. Los inmigrantes, para resolver sus problemas, en lugar de recurrir a las autoridades locales, gestionaban la intervención de los gobiernos de sus países de origen.
Francia entre en conflicto con Rosas y al atacar a este buscó el apoyo del gobierno uruguayo presidido por  Oribe. Como este no concedió a los franceses la posibilidad de usar el puerto de Montevideo para que la escuadra francesa atacara a Buenos Aires, los franceses apoyaron el levantamiento de Rivera contra Oribe. Rivera derrota a Oribe y este se ve obligado a renunciar marchandose a Buenos Aires, donde Rosas lo recibe como el autentico presidente de Uruguay.
Rivera consideró la actitud de Rosas como una intromisión en los asuntos internos de Uruguay y, aliado con los unitarios antirosistas y los franceses, atacó a Rosas. Así comenzó la Guerra Grande.
                           
  EL DESARROLLO DE LA GUERRA GRANDE
 Dentro de la Guerra Grande se pueden distinguir tres momentos bien diferenciados:
 1) la ofensiva contra Rosas (marzo de 1839-diciembre de 1842)
 2) el sitio de Montevideo (febrero de 1843-octubre de 1851)
 3) la ofensiva final contra Rosas y el desenlace de la guerra (noviembre de 1851-febrero de 1852).



 1) La ofensiva contra Rosas.- El primer periodo se caracteriza por la formación de coaliciones contra Rosas que carecieron de la necesaria unidad para poder tener éxito. El 10 de febrero de 1839 Rivera le declaró la guerra a Rosas. Poco antes había firmado un tratado con la provincia de Corrientes que apoyaba a Rivera en la guerra, y además contaban con el apoyo de los unitarios y de Francia. Las fuerzas de Rosas derrotaron a los correntinos y los federales rosistas con la participación de orientales oribistas, ingresaron a territorio oriental. Rivera los derrotó en la batalla de Cagancha (diciembre de 1939) y la guerra prosiguió en territorio argentino donde Rosas volvió a triunfa
Entre noviembre de 1840 y setiembre de 1841, un ejército rosista comandado por Manuel Oribe, realizó exitosas operaciones en Argentina liquidando al ejército unitario dirigido por Lavalle.
Los enemigos de Rosas lograron formar una nueva coalición formada por Uruguay, Santa Fe, Corrientes y Entre Ríos. Un ejército dirigido por Rivera se enfrentó a los rosistas dirigidos por Oribe en Arroyo Grande (diciembre de 1842) y estos últimos triunfaron ampliamente.
De esta manera terminaba en fracaso la ofensiva contra Rosas. A partir de ese momento la guerra se trasladó a territorio uruguayo.
 
2) El sitio de Montevideo.- En este periodo el acontecimiento central va a ser el sitio de Montevideo por las fuerzas comandadas por Oribe y la formación de dos gobiernos en Uruguay: el que estaba sitiando y el sitiado
Las fuerzas de Oribe, luego de derrotar a Rivera en Arroyo Grande, cruzaron el Río Uruguay, penetraron en territorio oriental y sin encontrar mucha resistencia, sitiaron Montevideo. No pudieron bloquear la ciudad por mar, porque lo impidió la flota inglesa. Así Montevideo quedó cercada por tierra y protegida por mar por ingleses y franceses.
Las fuerzas sitiadoras, comandadas por Oribe estaban integradas por federales argentinos y orientales que se identificaban con la divisa blanca. Las fuerzas sitiadas estaban integradas por orientales identificados con la divisa colorada, unitarios argentinos e inmigrantes europeos que formaron sus propios batallones (como los italianos dirigidos por Giusseppe Garibaldi).
 Mientras se mantenía el sitio a Montevideo y Uruguay tenía dos gobiernos, Francia e Inglaterra, con el pretexto de la mediación de paz, intervinieron activamente en le conflicto rioplatense. Sus objetivos eran:
 A) Pacificación del Río de la Plata, para restablecer la normalidad del comercio.
 B) Apertura de los ríos Uruguay y Paraná, especialmente este último, para el comercio internacional, lo que significaba ponerse en contacto directo con las provincias del interior argentino y con Paraguay.
La rivalidad existente entre ambas potencias, que les impidió actuar coordinadamente, y la resistencia de Rosas, les impidió concretar sus propósitos y en 1850 se retiraron.
3) La ofensiva finominio de Rosas en las provincias argentinas.
 - la intervención de Brasil.al contra Rosas y el desenlace de la guerra.- En este corto período que va de mayo de 1851 a febrero de 1852 se observa:
 - el triunfo de la nueva orientación diplomática del gobierno de la Defensa buscando aliado
 - la intervención de Brasil. 
- el fin del pred
ominio de Rosas en las provincias argentinas.
 - la intervención de Brasil.




 


 
LOS TRATADOS DEL 51 Y LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA
Los Tratados del 51, firmados por el gobierno de la Defensa, representado por Andrés Lamas, y el Brasil el 12 de octubre de 1851, fueron cinco. Eran las condiciones que ponía Brasil para intervenir en apoyo del gobierno de la Defensa.
 1) El tratado de alianza establecía una alianza perpetua entre el Uruguay y Brasil. Ambos se comprometían a ayudarse en el mantenimiento de su independencia y la conservación del orden interno. De esta manera Uruguay podía quedar comprometido en una guerra de Brasil con otro país de América (hay que recordar que Brasil tenía problemas de límites con la mayoría de los países de América del Sur). Además abría las puertas a una posible intervención de Brasil en los asuntos internos del Uruguay al establecer que aquel podía intervenir en para auxiliar al gobierno legítimo.
 2) El tratado de extradición establecía el compromiso de devolver los criminales de un país que se refugiaran en el otro. El Uruguay se comprometía además a devolver a Brasil los esclavos fugados que huían de sus amos y se refugiaban en su territorio. Hay que tener en cuenta que Uruguay había abolido la esclavitud varios años antes (en 1842).
 3) El tratado de comercio y navegación establecía que el comercio de tasajo y ganado en pie quedaba exonerado de pagar impuestos. Además declaraba la libre navegación de ambos países en el río Uruguay y sus afluentes. Este acuerdo perjudicaba a los saladeros orientales, ya que los saladeros brasileños podían comprar ganado en Uruguay, llevarlo a Brasil sin pago de impuestos, faenarlo y procesarlo en Río Grande del Sur y competir con el tasajo uruguayo. El acuerdo de navegación permitía a los barcos de Brasil entrar al Río Uruguay y sus afluentes a vender su mercadería.
  4) El tratado de subsidio y reconocimiento de deuda comprometía a Brasil a entregar un préstamo a Uruguay. Este se comprometía a devolverlo con intereses y como garantía ponía los impuestos de aduana que eran los únicos ingresos importantes que tenía el estado. Además Uruguay reconocía un deuda anterior con Brasil de dudoso origen (indemnizar a propietarios brasileños establecidos en Uruguay por supuestos daños causados por las revoluciones y guerras).
 5) El tratado de límites ratificaba, en general, los límites fijados en la época de la dominación portuguesa en 1821. Así Uruguay renunciaba definitivamente al territorio de las Misiones Orientales, territorio que en la época colonial perteneció a España y que había sido ocupado por los portugueses y luego los brasileños permanecieron en él. Pero además se le otorgaba a Brasil la navegación exclusiva del río Yaguarón y de la Laguna Merim y se le cedía media legua de territorio en la desembocadura de los ríos Cebollatí y Tacuarí, pudiendo levantar allí fortalezas.

 

                       





 


Luego de la Guerra Grande (1839-1852), el país despoblado, con la ganadería arruinada, soportando una tutela financiera y política de Brasil, hacía que la supervivencia de Uruguay en los próximos años fuera muy difícil.
 
La famosa frase con la que se pretendió dejar atrás los desastres de la guarra, "Ni vencidos ni vencedores", era reclamada en especial por estancieros y comerciantes; estos grupos sociales eran muy poderosos, por lo tanto eran escuchados tanto por blancos y colorados.
 
Todos estaban convencidos que la paz interna era indispensable para la existencia de la nación, o se corría el peligro de quedar expuesto a la codicia de Brasil. Pero hubo dos formas diferentes de concebir la paz.
La Política de Fusión: fue predicada por el elemento culto de los dos partidos tradicionales, blanco y colorado. Era los llamados "doctores" o los "mejores" de ambos lados.
La Política de Pactos: llevada a cabo por los caudillos también de ambas facciones políticas.
Ambas políticas reflejaban la dualidad el viejo dualismo cultural que el país no podía superar; ciudad versus campaña.
 
POLÍTICA DE FUSIÓN
Dentro del antiguo partido blanco fue Bernardo Berro quien se mostró muy de acuerdo con la política de fusión; y en el partido colorado fue Andrés Lamas, quien escribiera un Manifiesto (Manifiesto de Andrés Lamas) el cual era un alegato en contra de los caudillos y contra las divisas tradicionales, a las que acusaba de todos los males del país. Proponía como única solución, la de crear un partido nuevo, la Unión Liberal, con un programa definido que agrupara a todos los orientales, olvidándose de los rencores del pasado.
En ese nuevo partido debían fundirse todo lo que había de bueno y honesto de los antiguos, y se debía sustituir las divisas. Lamas acusaba al caudillismo de mantener los viejos odios y los trataba de "buitres y vándalos"
También se debía cambiar la estructura económica ya que las bases del caudillismo estaban en la monoproducción ganadera y la explotación extensiva
Por lo tanto se debía colonizar la campaña con extranjeros y promover el desarrollo agrícola.
Los doctores blancos y colorados de Montevideo aceptaron con gusto las ideas de Lamas ya que permitiría: a) lograr estabilidad interna.
b) alianza de los doctores de ambos partidos mediante un programa de ideas.
c) fortalecer a los políticos urbanos en detrimento de los del medio rural.
Por lo tanto la política de fusión era un reclamo de paz y orden, pero sobre todo un freno al caudillismo, la posibilidad de que la ciudad recupere la dirección de la política del Uruguay.

  POLÍTICA DE PACTOS

Ésta fue promovida por los caudillos, el más famoso fue el Pacto de la Unión, firmado el 11 noviembre de 1855 entre el caudillo blanco Manuel Oribe y el caudillo colorado Venancio Flores. Ambos  caudillos no renegaban de sus divisas.
El pacto era un acuerdo entre bandos diferentes que dejaban de lado lo que los diferenciaba. Fue realizado en contrapartida a la política de fusión, una reacción de los dirigentes del medio rural frente a lo urbanos que pretendían desplazarlos del poder.
En ambos casos, pactándose o fusionándose, el resultado era el mimo, la búsqueda de la paz interna.  


 
 

La Política de Fusión fracasó: El presidente Giró debió renunciar luego de un tiroteo entre blancos y colorados en plena Plaza Matriz durante el festejo de la Jura de la Constitución el 18 de julio de 1853.
El presidente Pereira debió sofocar varias revoluciones, como la conocida “Hecatombe” de Quinteros (Durazno)  que profundizará más las diferencias entre los colorados y los blancos.
En 1863 el presidente Berro tuvo que enfrentar la revolución de Venancio Flores (colorado) que contó con el apoyo del gobierno argentino y brasileño. Con la victoria de Venancio Flores en 1865, finalizó la “Política de Fusión”.


El período de 1865 a 1872 se denomina “Gobierno de divisa”, es decir gobierno de partido, donde los únicos que van a gobernar eran los colorados. 
Durante este período serán presidentes Venancio Flores y luego Lorenzo Batlle.
 
Esquema realizado por Prof. Daniel Barragán





































 
 

 

Historia - Modernización y Militarismo

 

La Modernización es un concepto que engloba el período de militarismo que comienza en 1876, tras un caos político presidido por la Revolución de las Lanzas de Timoteo Aparicio, y finaliza en el siglo XX con las reformas impulsadas por José Batlle y Ordóñez.

El 10 de marzo de 1876 se efectuó una amplia reunión de comerciantes, hacendados y extranjeros residentes que ante la acefalía en el poder y las graves crisis que enfrentaba el país, debido en gran parte a la inoperancia de los gobiernos democráticos decidieron ofrecerle el poder al Ministro de Guerra Coronel Lorenzo Latorre. Éste aceptó y tomó el poder como "gobernador provisorio".

Los objetivos principales del régimen latorrista fueron el logro de la paz interna y el orden (en la campaña, sobre todo) y la afirmación del derecho a la propiedad privada.


El militarismo significó desde el ángulo político, la sustitución de las banderías tradicionales (blancos y colorados), por el gobierno de los grupos de presión más fuertes en lo económico, aliados al grupo de presión más fuerte en el poder real y coactivo: el ejército. La inoperancia, la debilidad y el tono artificial que había asumido paulatinamente la superestructura política de la República, se tradujo pues en una asunción del poder casi directa por parte del alto comercio, la clase alta rural y los inversionistas extranjeros. Latorre se basó en los progresos técnicos de la época, para consolidar la estabilidad política del país.

Los fusiles Mauser y Remington le dieron al ejército un poder incontrastable e inalcanzable para los revolucionarios por su costo. La importancia del telégrafo radica en la velocidad para transmitir información hasta los lugares más alejados de la capital. El ferrocarril permitió el rápido traslado de tropas, para sofocar las revoluciones.

También produjo una modernización del aparato jurídico sustituyendo a los alcaldes por jueces letrados departamentales. Simultáneamente se aprobaron los Códigos de Procedimiento Civil e Instrucción Criminal en 1878, así como el Código Rural y la creación del Registro de Embargos e Interdicciones. En 1879 se aprobó la Ley de Registro de Estado Civil, con la cual pasó a manos del Estado una función realizada hasta el momento por la Iglesia. Los juzgados de Paz, comenzaron a llevar cuatro registros: de nacimientos, de defunciones, de matrimonios y de reconocimientos y legitimaciones.

En materia económica y para mejorar las condiciones del campo, Latorre se cercioró de la consolidación del derecho de propiedad privada mediante el Código Rural de 1879, que establecía la medianería obligatoria, lo que le dio un enorme impulso al cercamiento de los campos. Estableció la Oficina General de Marcas y Señales en la que debía solicitarse las marcas de ganado para evitar repeticiones y fraudes y asegurar la propiedad del ganado. Otra medida que se implantó como ayuda para consolidar el orden interno en la campaña, fue la autorización dada a los grandes propietarios para establecer policía particular a cargo del comisario.

El alambre consolidó el régimen vigente de la propiedad de la tierra. En segundo término, eliminó al minifundista ganadero y provocó la primera desocupación en el país al eliminar el trabajo de muchos peones, agregados y puesteros. Esto provocó su concentración en los suburbios de los poblados, de ciudades del interior y en Montevideo, dando origen a lo que se empezó a conocer como rancheríos.

Una de las reformas más importantes durante el gobierno del Coronel Latorre fue la educativa, impulsada por José Pedro Varela quien se encontraba a la vanguardia en materia de las nuevas corrientes pedagógicas.

Latorre abrió cauce a la efectivización de los proyectos varelianos, una situación que señala el historiador Enrique Méndez Vives en "El Uruguay de la Modernización" como paradojal, habida cuenta de las características del régimen. Varela entendió que lo importante era llevar a cabo la reforma educativa, que contribuiría a la eliminación de gobiernos semejantes en el futuro. "La escuela es la base de la República; la educación, la condición indispensable de la ciudadanía. Todas las grandes necesidades de la democracia, todas las exigencias de la República, sólo tienen un medio posible de realización: educar; educar; siempre educar...".

El decreto ley de la Enseñanza Común fue aprobado el 24 de agosto de 1877. Estableció tres principios básicos, que hasta hoy siguen presentes. La educación ha de ser: gratuita, obligatoria y laica. Los dos primeros principios pudieron ser llevados a cabo sin grandes dificultades. El freno estuvo en el aspecto de la laicidad. Entonces Varela propuso, como transición, que el catolicismo fuera enseñado a los alumnos cuyos padres así lo solicitaran.

Más que reformar, Varela creó un sistema educativo. Dio contenidos científicos a los programas de estudio; seleccionó personal docente dando amplia participación a la mujer; implantó la descentralización administrativa, procurando la participación popular en el mejoramiento de la escuela pública.

Latorre no desarrolló un gobierno a favor de la clase militar, pero tuvo importantes cantidades de autoritarismo lo que ayudó para forjar un Poder Central capaz de encarrilar al país en las normas necesarias para el desarrollo de una economía moderna. Defensa de la propiedad privada de la tierra y del ganado, establecimiento del patrón oro, reanudación del pago de la deuda pública; pero también, modernización técnica y administrativa del Estado.







 

 El problema de la reelección del General Máximo Santos (1885)


En el año 1885, la plana mayor del santismo dominaba en el gobierno pero la situación política era inestable, y la opinión adversa. La finalidad inmediata del santismo ante la proximidad del término del período del General Santos, era hacer triunfar su continuidad en el mando. Para ello siguió un proceso que no pudo sobrellevar el peso de la oposición, cada vez más intensa. En un primer momento posibilitó el acceso de Máximo Santos al Parlamento Nacional (marzo 1885). Posteriormente se hizo elegir como futuro presidente de la República al Dr. Francisco A. Vidal, incondicional de Santos subordinado a su fortísima influencia.

La presidencia del Dr. Francisco A. Vidal y la Revolución del Quebracho

La presidencia del Dr. Vidal, destinada a efectuar la reelección inmediata del mismo Santos, levantó gran oposición. La designación de Máximo Santos como Ministro de Guerra apresuró la rebelión que desde los últimos meses de vida del gobierno anterior, se preparaba en la República Argentina.

La rebelión de 1886 llamada Revolución del Quebracho, no tuvo carácter partidista. Fue una rebelión del legalismo contra el militarismo. El enfrentamiento fue llegando de manera cada vez más inevitable. Por un bando estaban Francisco Antonio Vidal, nuevo senador del artificialmente creado departamento de Flores, preparando sin pudores la continuidad de Santos. Por otro lado, la Junta Revolucionaria actuando en Buenos Aires con representantes de los tres partidos a su frente: con el colorado Lorenzo Batlle, con los blancos Juan José de Herrera y Martín Aguirre, con el constitucionalista Gonzalo Ramírez y con presencia del Coronel Gaudencio, Jefe político montevideano de Pedro Varela en los primeros años del proceso dictatorial. Entre el 30 y el 31 de marzo se llevó a cabo la batalla, por unos denominada del Quebracho, y por otros de Puntas o Palmeras de Soto. Cuando cesó el fuego, los revolucionarios tenían más de 200 muertos y más de 600 prisioneros.

La revolución no duró ni una semana, desde el 26 hasta el 31 de marzo. El general Máximo Tajes, designado para mandar las fuerzas del gobierno, venció y capturó a casi toda la fuerza revolucionaria. Los prisioneros fueron puestos en libertad, después de su traslado a Montevideo, en un gesto político que benefició a Santos a la opinión pública.
Cuando la rebelión estuvo sofocada se activó el proceso que concluiría con la reelección del General Santos, para el que se creó la mayor jerarquía militar conocida en el país con el grado de Capitán General del ejército nacional. El 21 de mayo se proclamó a Santos senador por el departamento de Flores; se logró la renuncia del presidente del Senado y se eligió de inmediato a Santos para reemplazarlo. El 24 de mayo, el Dr. Vidal renunció a la presidencia de la República que fue ocupada automáticamente por Santos en su carácter de Presidente del Senado.

Esta regulada sucesión en el Poder Ejecutivo se conoce en la historia nacional como “la dinastía Santos-Vidal”

Bibliografía

  • Méndez Vives, Enrique (1990). Historia Uruguaya.Tomo V. Montevideo. Editorial Banda Oriental.
  • Nahum, Benjamín (1994). Manual de Historia del Uruguay 1830-1903. Montevideo. Editorial Banda Oriental.
























Civilismo en Uruguay

 
Los presidentes del proseso de Civilismo






Máximo Tajes: último gobierno militarista
Último presidente del Militarismo, Máximo Tajes fue nombrado para este cargo luego de la renuncia sucesiva de Francisco Antonio Vidal y de Máximo Santos. Anteriormente ocupaba el cargo de Ministro de Guerra y Marina. 
Tajes contribuyó a la restauración del gobierno civil que se había propuesto el Ministerio de Conciliación. Durante su gobierno y a instancias principalmente del Ministro de Gobierno Julio Herrera y Obes, se fue produciendo el progresivo desmantelamiento de las instituciones militares más significativas del militarismo. También se buscó el alejamiento del Ejército de ámbito militar mediante su profesionalización, fundándose para ello el Ateneo Militar. 
En este período el Uruguay vivió un periodo de bonanza económica y de especulación financiera, en el cual se fundó el "Banco Nacional" (1887). Esta prosperidad se debía sobre todo a la inversión en el Uruguay de capitales tanto británicos expansivos como argentinos excedentes, producto de movimientos tales como el cultivo de cereales en la Mesopotamia argentina o la construcción del puerto de Buenos Aires. 
Este período de prosperidad duró poco tiempo, viéndose desestabilizado una vez más el débil capitalismo uruguayo a causa de diversos acontecimientos políticos y financieros de la vecina orilla, llevando a una profunda crisis a la economía uruguaya. 
Este es el país que recibe Julio Herrera y Obes, primer presidente del periodo conocido como Civilismo. 





 
 
Julio Herrera y Obes: primer gobierno civilista
 
El gobierno de Julio Herrera y Obes tuvo como característica principal el autoritarismo presidencial , la ampliación de las atribuciones presidenciales y la acción directriz en casi todos los ámbitos. 
De filiación colorada, durante su presidencia (1890 al 94) las tensiones entre los blancos y los colorados se incrementaron. Esto fue debido a que solamente otorgó a los blancos tres Jefaturas Políticas y no las cuatro que se habían establecido en la Paz de Abril (1872) con el cual había finalizado la “Revolución de las Lanzas”. El Partido Nacional lo consideró una violación al tratado, que si bien había sido “de palabra” era uno de los ítems más importantes del mismo, base de la “coparticipación” en el gobierno que se había intentado establecer. 
Durante su gobierno ocurre la crisis comercial y bancaria del Uruguay enmarcada en el contexto de la crisis del entorno. Debido a esto es poca la obra de infraestructura que se realiza durante su gestión. 







Juan Idiarte Borda: segundo presidente civilista
 
Era perteneciente al Partido Colorado y asumió el cargo de Presidente como sucesor de Julio Herreray Obes, cubrió el período entre marzo de 1894 y agosto de 1897 Como Jefe de Gobierno Idiarte Borda demostró ser poco hábil para la maniobra y el acuerdo. Desde el inicio demostró su intención de continuar con la línea “colectivista” y segregatoria de su antecesor. Su gestión poblada de fraudes y mal manejos dio lugar a una de las peores luchas civiles, la Revolución de 1897. José Batlle y Ordóñez, lo critica duramente como manipulador y fraudulento ( a pesar de que él mismo luego también lo sería). A pesar de todas las polémicas en torno a su persona y su gestión, y a pesar de las dificultades políticas y económicas, Idiarte Borda ejerció una presidencia que dejó bastantes logros: inició la construcción del nuevo Puerto de Montevideo, fundó el Banco de la República Oriental del Uruguay ,creó la Línea de Ferrocarril del Oeste, realizó un censo general y estableció un nuevo catastro a nivel nacional, nacionalizó las compañías británicas que suministraban electricidad en la nueva Compañía de Luz Eléctrica, además de impulsar, a través del ministro Juan José Castro, un ambicioso programa de obras públicas. 



 
 





En rojo la línea de Ferrocarril del Oeste
extendida durante la presidencia de Idiarte Borda.                               
 
 
 

 
 
La estación Central General  Artigas
inaugurada en 1894,luego del incendio
 de la anterior en 1891.
 
 
 
 
 
 
 
 
Sin embargo, los problemas políticos tanto con el Partido Nacional, liderado por Aparicio Saravia, y con su adversario político José Batlle y Ordóñez, le llevaron a la muerte. Fue asesinado por un militante batllista de apellido Arredondo. 
 




 
Juan Lindolfo Cuestas: tercer presidente civilista
 
Perteneció al grupo de los "Colectivistas" y durante las presidencias Julio Herrera y Obes y Juan Idiarte Borda durante sus ocupó varios cargos políticos conseguidos por medio de la manipulación electoral. 
Sube a la presidencia luego del asesinato de Idiarte Broda y para terminar dicho mandato. Durante su discurso de asunción dijo : “El país tiene hambre de organización honesta y hay qué cumplir con esta patriótica aspiración”. Esta frase encerraba su programa de gobierno. 
Comenzó su gestión acordando la paz con los blancos insurrectos acaudillados por Aparicio Saravia. Esta paz se vio concretada en menos de un mes con la firma del Pacto de la Cruz el 18 de setiembre de 1897. El punto fundamental de este pacto es que se volvía al tema de la coparticipación otorgando 6 jefaturas departamentales a los blancos ( Dada la tradición política, esto implicaba consolidar dos gobiernos: uno en Montevideo, con Cuestas a la cabeza, y otro con sede en El Cordobés, la estancia de Aparicio Saravia) y propiciaba una reforma electoral con una ampliación del derecho al voto, promesa de representación proporcional y mayores garantías de éste contra las farsas electorales de la época (leyes electorales posteriormente promulgadas en abril de 1898).
Dentro de las reformas del sector administrativo del Estado se cuenta: 
• Determinación de que los empleados públicos que no concurrieran puntualmente a sus oficinas serían en el acto suspendidos y sumariados
• Determinación de que en lo sucesivo todas las obras fueran contratados por licitación 
• Se hizo un inventario financiero 
• Se restableció el régimen de publicidad.. 
Durante su mandato, entre otras realizaciones, comenzaron las obras del Puerto de Montevideo (18 de julio de 1901).
Dictadura :
Es una forma de gobierno en la cual el poder se concentra en torno a la figura de un solo individuo (dictador),que ejerce un poder total ante la población sin distinción de partidos. La ditadura de Juan Lindolfo Cuestas duro solamente 1 año.









Máximo Tajes
Asume Herrera y Obes: Fin de la Dictadura Militar

Con el fin de la dictadura militar en el gobierno de Tajes  (período llamado Militarismo) asume como nuevo Presidente constitucional del Uruguay, el intelectual Julio Herrera y Obes.
Era cuestión de tiempo que este suceso ocurriera, ya que en el mandato de Máximo Tajes, los civiles (con la ayuda del Ministerio de Conciliación) se habían empezado a reorganizar en los respectivos partidos políticos (nacional y colorado).
 
  •     El 27 de marzo de 1887 se realizó la asamblea cívica fundadora del Partido Nacional
  •    El 19 de abril el Partido Colorado fue también quien se reorganizó y relanzó, homenajeando la revolución de Venancio Flores en 1863.

Sumado a la reorganización de los partidos, ya habían existido varios levantamientos armados de los civiles contra el gobierno militar en busca del fin de la dictadura.
 
Bandera Partido Nacional
 
Se destacan:
·         La Revolución Tricolor(marzo – diciembre de 1875) 
·         La Revolución del Quebracho (marzo de 1886).
 
Sin embargo, ambos fracasaron.
 
Herrera Y Obes
Finaliza el mandato de Herrera y Obes: Balance y asunción de Idiarte Borda
Bandera Partido Colorado
El gobierno de Julio Herrera y Obes tuvo como característica principal el autoritarismo presidencial, la ampliación de las atribuciones presidenciales y la acción directriz en casi todos los ámbitos. Este fue el único aspecto positivo que se le reconoció a Herrera y Obes, nunca le “tembló el pulso” a la hora de destituir a funcionarios del Estado o mandatarios políticos y asumió varias responsabilidades en lo que a su gobierno respecta.
Los aspectos negativos:
Durante su presidencia (1890 al 94)  los roces entre blancos y colorados aumentaron. Solamente otorgó a los blancos tres Jefaturas Políticas y no las cuatro que se habían establecido en la Paz de Abril (1872) con el cual había finalizado la “Revolución de las Lanzas”. El Partido Nacional se vio ofendido ante la violación del tratado, que si bien había sido “de palabra” era uno de los aspectos más importantes del mismo, base de la “coparticipación” en el gobierno que se había intentado establecer.
En el gobierno de Herrera y Obes, el mandatario fue muy cuestionado por las acciones ya mencionadas, pues al ser colorado siempre buscó los beneficios para los de su partido. 
Durante su gobierno ocurre la crisis comercial y bancaria del Uruguay. Debido a esto es poca la obra de infraestructura que se realiza durante su gestión. Finaliza su mandato y asume Idiarte Borda.
J. Idiarte Borda
Idiarte Borda: segundo gobierno civilista, trágico pero también productivo
Juan Idiarte Borda, perteneciente al Partido Colorado, asumió el cargo de Presidente como sucesor de Julio Herrera y Obes y gobernó en el período marzo de 1894 - agosto de 1897.
Aspectos negativos:
Su gestión con muchos fraudes y malos manejos provocó una de las peores luchas civiles: La Revolución de 1897. Demostró ser poco hábil  para la maniobra y el acuerdo. Desde el inicio pretendió continuar con la línea “colectivista” de su antecesor. Tuvo diferencias políticas con Aparicio Saravia y José Batlle y Ordóñez.
Aspectos positivos:
Si bien fue muy criticado, y tuvo que lidiar con problemas políticos y económicos, su gestión dejó bastantes logros: 
Banco de la República Oriental del Uruguay
  • Inició la construcción del nuevo Puerto de Montevideo.
  • Fundó el Banco de la República Oriental del Uruguay.
  • Creó la Línea de Ferrocarril del Oeste.
  • Realizó un censo general.
  • Estableció un nuevo catastro a nivel nacional.
  • Nacionalizó las compañías británicas que suministraban electricidad en la nueva Compañía de Luz Eléctrica.
  • Impulsó, a través del ministro Juan José Castro, un ambicioso programa de obras públicas.
Fue asesinado por un militante batllista de apellido Arredondo, asumiendo su cargo como Presidente (en este caso interino), Juan Lindolfo Cuestas.
J. L. Cuestas
Juan Lindolfo Cuestas: Último gobierno Civilista
Este gran administrador perteneciente al grupo de los “colectivistas”, asume en el año 1897 para finalizar el mandato del difunto Juan Idiarte Borda.
Al principio fue cuestionado porque en los dos gobiernos anteriores, supo a través del fraude, asumir cargos políticos. Pero ni bien comenzó, es importante destacar que lo primero que hizo fue solucionar los problemas con Aparicio Saravia y sus seguidores (blancos), firmando el Pacto de la Cruz el 18 de setiembre de 1897.
Puntos fundamentales del pacto:
·         Otorga 6 jefaturas departamentales a los blancos y vuelve al tema de la coparticipación en el gobierno por parte de los partidos (esto establecía dos gobiernos: Cuestas en Montevideo y Saravia en su estancia de “El Cordobés”).
·         Reforma electoral con: ampliación del derecho al voto, promesa de representación proporcional y mayores garantías de este contra las farsas electorales de la época (leyes electorales que se promulgan después en abril de 1898).
Cuestas era un gran administrador, aunque no tenía tanta habilidad política como otros, realizó varias reformas administrativas, donde se destacan los siguientes puntos:
 
  •          Determinación de que  los empleados públicos que no concurrieran puntualmente a sus oficinas serían en el acto suspendidos y sumariados         
  • Determinación de que en lo sucesivo todas las obras  fueran contratados por licitación
  •     Se hizo  un inventario financiero
  •    Se restableció el régimen de publicidad.

Aparicio Saravia
 
En su gobierno:
Políticamente se vio apoyado tanto por Aparicio Saravia y Eduardo Acevedo (blancos) como por José Batlle y Ordóñez (colorado). Esto generó que debiera enfrentarse a los colectivistas, con Julio Herrera y Obes a la cabeza.
J. Batlle y Ordóñez
El enfrentamiento y el clima de inseguridad e insurrección lo llevaron a resolver el conflicto por la fuerza. Desterró a Julio Herrera y Obes (luego anuló el decreto), se nombró presidente provisorio, disolvió las cámaras mediante decreto en 1898, sustituyéndolas por un Consejo de Estado de igual cantidad de miembros, entre los que estaban José Batlle y Ordóñez y Eduardo Acevedo Díaz.
Tras dos intentos de sublevación contra el golpe de Estado, rápidamente sofocados, Cuestas entregó su mando el 15 de febrero de 1899 al presidente del Senado, José Batlle y Ordóñez, y el 1 de marzo siguiente la Asamblea lo eligió Presidente Constitucional para el período 1899-1903.
Puerto de Montevideo
Durante su mandato, entre otras realizaciones, comenzaron las obras del Puerto de Montevideo (18 de julio de 1901).
 
 
















 
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